Los festivales en Tavernes de la Valldigna pueden ser muy caros. Habrá que pagar ochenta y un mil euros para indemnizar a 27 vecinos de la playa que demandaron al ayuntamiento por sus actuaciones musicales. Quienes mencionan que han sido afectados por el festival y la gran contaminación acústica en casa, así como la vulnerar sus derechos básicos de privacidad.
El precio pagado a cada demandante fue de 3.000 euros, más el coste del trámite. Eso sí, la sentencia no es firme. El ayuntamiento ha decidido apelar la sentencia porque, como explicó el alcalde de la fiesta, el ayuntamiento considera que el alcalde comarcal “no ha tenido en cuenta nuestros argumentos ni el informe técnico que le entregamos”, Josep Llácer.
De hecho, hace unos años, el ayuntamiento eligió esta forma de música y realizó dos de estos eventos en la playa. El verano pasado eran tres, pero la pandemia se vio obligada a cancelar. El objetivo es promover el desarrollo de la ciudad y utilizarlo como un medio de crecimiento económico para tiendas y hoteles locales. De hecho, “Mar de Festivals” llevo a Fitur y este año se pretendía tener un mostrador propio en el festival.
¿En realidad se tomaron medidas correctivas en el festival?
La sentencia alega que el ayuntamiento omitió sus deberes de protección a la sociedad provocada por la contaminación acústica y que no adoptó medidas para evitar y reducir los efectos del sonido derivados del festival. Llácer argumentó en un comunicado que “se han tomado medidas correctoras, además de reorientar el rumbo de la escena, pero también reasignar espacio y zonas de acampada”.
Ante esta situación se cree que “por el aumento de la pena, se puede actuar contra cualquier fiesta o Falla”. Pues no consideró que el inconveniente sea de unos días, y no lo repetirá. Por su parte, el afectado se negó a realizar declaración hasta la última sentencia.
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