El CF Gandia recibía en su estadio a un CE La Font muy mermado por las bajas y cuyo banquillo invitaba a pensar que los titulares debían hacer un ejercicio de resistencia en todo un terreno de juego con las dimensiones del Guillermo Olagüe. Casi nada.
Si bien es cierto que los locales empezaron bien y con más presencia en campo rival, esa ligera superioridad no se vio recompensada con acciones de peligro. Solamente un remate forzado de cabeza de Ximo inquietó a Antonio Peiró. A partir de ahí, creció la tensión entre ambos equipos y el juego se detuvo en reiteradas ocasiones. Primero, Brines veía la cartulina amarilla por una dura entrada y, después, Álvaro veía otra que bien pudo haber tenido consecuencias mayores.
Pasada la media hora y tras una contra vertiginosa de los gandienses, Mauro Melo quiso dar el pase de la muerte, pero su asistencia tocaba en la mano de un defensor. El ’19’ no erró desde los once metros y ya suma seis goles, la mitad de ellos de penalti. Pero solo dos minutos después, una pelota que cayó muerta en el área la aprovechó Anoun para tirarle una vaselina de muchos quilates a Coronado. El ex del CF Gandia no quiso celebrar su tanto.
Los de Alberto Gregori terminaron la primera mitad siendo muy superiores. Algo parecido ocurrió en la segunda, donde el equipo blanquiazul no se encontró en ningún momento. Cuatro cambios seguidos de Adrián Ferrandis en la misma ventana evidenciaban el enfado del entrenador ante lo que estaba viendo. Los hombres de refresco no ayudaron a mejorar y, para más inri, Álvaro se buscaba la segunda amarilla. Con un hombre más, los fonteros tuvieron clarísimas ocasiones para llevarse los tres puntos. Finalmente, el CF Gandia salvó un empate en un duelo donde serían ellos mismos quiénes terminarían por realizar dicho ejercicio de resistencia.
Iván Escolano
